mayo 25, 2006

Los madereros fijan en 30 millones las pérdidas por el fuego de Valdés

LAS CONSECUENCIAS DE LA CATASTROFE
El valor del producto que puede ser aprovechable tras el incendio no supera los 500.000 euros. Asmadera se compromete a comprar "a precio de mercado" la materia prima que se salvó.
El bolsillo también se ha visto afectado por el fuego. Los maderistas calculan que toda la superficie quemada el pasado fin de semana en el incendio de Valdés --que siguen cifrando en 5.000 hectáreas frente a las 2.000 que baraja la administración-- contaba con una expectativas de producción final cercanas a los 30 millones de euros. Eso sí, siempre teniendo en cuenta que el 100% de la superficie fuese aprovechable.
Las estimaciones se realizan pensando en el momento en que los árboles alcanzasen una edad adecuada. Sin embargo, la población vegetal de la superficie quemada era joven en su mayor parte. Una explotación forestal previa al incendio hubiese conseguido obtener entre uno y dos millones de euros para el conjunto de población arbórea. Pero las llamas arrasaron todo lo que encontraron a su paso y sólo dejaron madera aprovechable por un valor que ahora se sitúa entre los 300.000 y 500.000 euros, una riqueza aún menor si se individualiza y se tienen en cuenta los cientos de propietarios afectados que existen según los maderistas.
El presidente de la asociación profesional de empresarios de la madera (Asmadera), Luis Enrique García, garantizó ayer que el sector está dispuesto a asumir la compra de la materia prima aprovechable a costes de mercado. Sin embargo, pidió también celeridad a la administración en la limpieza de los montes devastados "para que no se pierda la madera y para evitar posteriores plagas". Asmadera propone además la creación de un dispositivo público de información y asesoramiento a los afectados.
El responsable maderero quiso matizar también ayer sus críticas a la actuación del Principado. Pidió responsabilidades, dijo, "nunca dimisiones". Los factores que confluyeron para convertir el incendio de Valdés en el mayor de toda Asturias de los últimos tiempos --al margen de que pudiese ser o no provocado-- fueron, según Asmadera, "el estado de abandono de los montes afectados --la mayoría de propietarios privados--, pero también una posible falta de conocimiento de los responsables de extinción sobre las condiciones del entorno en cuanto al riesgo real del incendio, con una infravaloración de consecuencias".

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