
Espinosa reiteró, como ya adelantó este periódico, que el relevo se ha producido después de que Aranda presentara su dimisión, aunque negó que exista crisis en el seno de la asociación, y elogió el papel del anterior presidente. De hecho, destacó el trabajo realizado por su antecesor, principalmente, en lo que se refiere a la reorganización interna de la asociación y de su junta directiva integrada por cinco vicepresidentes para que las responsabilidades se repartan y no recaiga en una sola persona.
«Si yo tuviera que hacerme cargo de todo este trabajo, no podría aceptarlo; es muy importante que toda la junta se implique en el desarrollo de Unemac», confesó el empresario, que se decanta por una «gestión continuista» en estos dos años de mandato que restan antes de unas nuevas elecciones.
Para Espinosa, los retos más inmediatos pasan por conseguir una mayor promoción y proyección de la industria del mueble cordobés, fortaleciéndolo frente a la fuerte competencia de los países asiáticos que ha provocado en gran medida la caída de lo mercados exteriores.
El nuevo presidente se desvinculó, por otra parte, de cualquier color político y explicó que su amistad con el actual secretario de Organización del PSOE, Juan Pablo Durán, arranca desde los tres años.
«Él ha nacido también entre virutas v formó parte de Unemac con Francisco Torrero, pero, aunque tiene las puertas abiertas, ocupa ahora cargos muy importantes y no creo que vuelva», puntualizó.
Además de Javier Espinosa, la junta directiva de Unemac barajó también la posibilidad de nombrar presidente a José Antonio Guardeño y José Francisco Moyano, pero finalmente se descartaron porque uno representa al sector en la directiva de CECO y el segundo es vocal de la Cámara de Comercio. «No queremos acumular cargos», explicó Espinosa.
Despedida de Aranda
El hasta ahora presidente de Unemac, Manuel Aranda, desveló, por su parte, que tenía intención de dejar el cargo desde hacía meses y que la junta directiva tenía su carta de dimisión desde primeros de años. «Ya me costó trabajo presentarme a un segundo mandato, pero me vi obligado a hacerlo», señaló Aranda, que justificó su decisión, asegurando que se encuentra «desbordado» de trabajo y que quiere dedicar más tiempo a sus negocios.
Con todo, recordó que nunca ha sido partidario de «quedarme pegado a un sillón y ya llevaba cinco años al frente de Unemac».
Aranda se va con la conciencia del deber cumplido y de haber hecho un buen papel. Si bien, permanecerá en la presidencia de la Confederación de Empresarios Andaluces de la Madera (CEAM) y en la junta directiva de la asociación a nivel nacional, Confemadera, además de continuar al frente de su comisión de medio ambiente.
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