Aidima crea un almacén flexible dotado de las últimas tecnologías para mejorar la operatividad del instituto y formar en su uso a otras empresas.
El rutinario funcionamiento de un almacén podría abandonar sus tradicionales hábitos de trabajo de la mano de la innovación tecnológica. La llegada y salida de pedidos, la ubicación de los paquetes o la ruta que siguen los mismos durante su desplazamiento son algunas de las actuaciones abocadas a un cambio gracias a las aplicaciones electrónicas. En este sentido, el Instituto Tecnológico del Mueble, la Madera, el Embalaje y Afines (Aidima) se ha sumado a esta transformación dentro de su factoría, con la creación de una planta piloto almacén flexible en las instalaciones que tiene en el parque tecnológico de Paterna.
Para ello, el instituto ha implantado un software que permite controlar de modo informático las tareas que tienen lugar tanto dentro como fuera del almacén y cuyo precio, según informó el jefe del departamento de Logística, Embalaje y Transporte de Mercancías, Javier Turégano, “estaría en los 16.000 euros”.
Por el momento, Aidima ha puesto en marcha la primera fase del proyecto, enmarcado en el Plan de Competitividad del sector Madera y Mueble elaborado por el mismo instituto y Federación Valenciana de la Madera (Fevama). En esta etapa -explica Turégano- han incorporado la identificación de paquetes por código de barras y también por radiofrecuencia, que “está llamado a sustituir al anterior en unos cinco años”, apostilló.
Sin embargo, hasta que esto suceda el director de departamento considera que será necesaria la estandarización de este sistema y también el “abaratamiento de los costes de las etiquetas”, ya que éstas incorporan un microchip que las hace alcanzar un precio de 80 céntimos de euro.
No obstante, para el presidente de Fevama, Vicente Folgado, la iniciativa del instituto “ayudará al pequeño y mediano empresario a ser más competitivo”. Por otro lado, en palabras del conseller de Empresa, Universidad y Ciencia, Justo Nieto -cuyo departamento ha invertido en la idea 1,1 millones de euros-, la nave permitirá su utilización “con fines formativos y de investigación”.
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